domingo, 13 de septiembre de 2009

AMS-TER-DAM

Después de un par de días de ausencia, heme de vuelta. Me la pasé entre estudiando (si les interesa pueden ver parte del resultado de mis esfuerzos), procrastinando (existe el verbo en español?), y extrañando a la gente de casa. En especial a esos amigos que llevo cerca del corazón. Aquellos que me hacen sentir como en casa.... así estemos en la punta más remota de un cerro. Pero todo pasa... hoy fui a echar el chal con mi amiga Elena y su el marido Robert. Platicamos, platicamos y platicamos... y sentí calor de hogar. =)

En fin... con todo esto pensé que muy poco he dico de Amsterdam, el sitio de nuestros eventos. Hablar del lugar donde suceden las aventuras resulta imprescindible. Explica mucho de lo que pasa. Le da sentido (para un ejemplo, vean este jueguito de Gómez Peña al respecto: "What if Berlin was Tijuana?"). Así que acá va un poco sobre esta ciudad.

Amsterdam surgió como tal en algún punto de los 1200. Su nombre lo recibe gracias al río Amstel. Amster-dam, es la presa del río Amstel. Es una ciudad que desde siempre ha tenido una vocación cosmopolita. Dedicada desde temprano al comercio, se ha caracterizada por un elevado grado de tolerancia a las diferencias y un encuentro de culturas. Quizá eso le ha brindado su peculiar estilo. La ciudad tiene estilo.

Además de estar ubicada n un terreno bajo y plano, haciéndola perfecta para considerar la bicicleta como una opción de transporte importante, Amsterdam está trazada originalmente en una serie de herraduras:
 
Las herraduras son dadas por una serie de canales. Desconozco el origen de los canales, pero me imagino que deben haber sido trazados para el transporte de mercancias en una economía vinculada estrechamente al comercio internacional. Como sea, le dan un toque muy característico:
 
 Ello hace que el caminar por la ciudad sea complicado (me recuerda al alter ego metropolitano de mi zona de residencia en la adolescencia). Uno se pierde cada vez que intenta un nuevo camino. Lo cual puede enfrentarse mecanizando el camino a los lugares usuales... o simplemente dejandose perder, dejando que la ciudad lo vaya urbanizando a uno. Todo depende de la prisa que se lleve.
 
Las calles tienden a ser estrechas, tanto como las casas. Andando por entre los callejones, cual flaneur de Benjamin, uno debe tener cuidado de los vehículos de dos ruedas. Si se escucha un timbrecillo simpático, lo mejor es adherirse al muro más cercano. Ene special si el piso es de color rojo: señal de que uno está en un camino de bicicletas. A pesar del peligro, hay que decir que esas pequeñas callejuelas son encantadoras. Dificil es resistirse a dejarse sorprender por algún cafetín perdido entre ellas.
 
 Desde aquella mi primera visita, cuando con el Magikz y la Gómez me quedé en el Botel la ciudad me pareció llena de carácter.
 
Descubrí entonces, en aquella visita a la casa de Ana Frank (desde entonces me imagino al ejercito Nazi haciendo teatral entrada  a la ciudad) los pequeños ganchos de todas las casas. Por estrechas, necesitan de ellos para poder subier y bajar muebles a los varios pisos que las caracterizan: siempre por la ventana.
 
 
En fin, que la ciudad me va envolviendo. No cabe duda de la relación que hay entre cubil y carácter. Ahí se forma el ethos. Yo por ahora estoy conento. Y creo que me puedo ir reconociendo en la ciudad. Al menos, parece que ya voy agarrando el estilo. 
 
Si les interesa más, les recomiendo que visiten el sitio oficial de promoción de la ciudad, o este SUPER chido que encontré sobre capitales europeas -den click en la opción de Amsterdam. 
 
Mientras tanto, aquí vivo. O quizá la ciudad me vive a mi. Quizá algún día pueda decir:
Hasta pronto..... Buena semana!

5 comentarios:

  1. El viaje inicia..para através de canales cente narios, calles adoquinadas, caminos rojos, ca
    llejuelas y aroma de café se llega a los habi
    tantes de la ciudad y através de ellos a sus costumbres, temas, historias, creencias hasta
    que al paso de los días y los encuentros, uno llega a ser un poco parte de Amsterdam.

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  2. Diego,

    Qué deleite recorrer contigo Amsterdam... ¡Cómo se antoja! Cuesta trabajo creer que no sea un lugar amigable para los peatones, porque se antoja caminarla, ¿no? Qué interesante eso de los ganchos de las casas... sin duda, cada cosa tiene su razón de ser!

    Sigue disfrutándola mucho, ¡pa' luego es tarde! Eso no es procrastinar!

    Un abrazo.

    Lilyán

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  3. Hasta antes de hoy Amsterdam era para mi, una calle de la Colonia Juárez. Hoy resulta un sitio adonde los quereres me llevan con fecuencia. Y ojalá sea posible beber allá um cafezinho, una tarde apacible con entrañable acompañante.

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  4. Amsterdam es una ciudad hermosa, me enamoré a primera vista.. es una ciudad a escala humana, donde la gente puede moverse en bicicleta o a pie.. Además donde la gente se respeta y cada uno ejerce sus libertades.
    Que suerte la tuya de vivir ahí.
    muchos saludos!

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  5. Sí. La verdad es que estoy contento. Y sé que soy muy afortunado.

    Estoy abierto a todas las visitas y cafecitos que ustedes quieran compartir.

    Abrazos

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